ASÍ, SE FORJÓ JULIÁN
Madrid y Barcelona fueron los albores de un curioso e incipiente chef para el que la cocina lo es todo… la cocina entendida y sentida como un conjunto global en el que cada elemento y momento son esenciales para avanzar en armonía hasta configurar cada uno de los platos. un aprendizaje junto a destacados chef de los que fue adsorbiendo sabiduría para formar un estilo propio en el que su objetivo no es otro que el de crear momentos de pasión que se transmitan al comensal… el disfrute de los sentidos en torno a una mesa.
SUS ALBORES EN JEREZ…
La llegada de Julián Olivares a Jerez fue un giro del destino que le marcó como persona y chef y que, a la vez, supuso una bocanada de aire fresco para la ciudad. Pues su particular forma de entender e interpretar la cocina revolucionó la concepción de las cartas, su elaboración y presentación. Tras salir del Hotel Jerez, comenzó a traer productos frescos foráneos y a potencial los autóctonos, fusionar sabores, vestir los platos creando sus atractivas paletas de colores rebosantes de diferentes sabores y aromas que sorprendieron a muchos y que le consagró entre los grandes chef de la zona.